28 de diciembre de 2012

Leelo

Una pareja de jovenes tenia varios años de casados y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor aleman y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro crecio hasta convertirse en un grande y hermoso perro; salvo en mas de una ocasion a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, queria y defendia a sus dueños contra cualquier peligro.

Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenian con el perro. Este se sintio relegado y comenzo a sentir celos del bebé y ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.

Un dia la pareja dejo al bebé placidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cual no fue su sorpresa cuando se dirigian al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola. El dueño del perro penso lo peor, saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro. Corre al cuarto del bebe y encuentra una gran serpiente degollada. El dueño comienza a llorar y exclama: ¡he matado a mi perro fiel!

¿Cuantas veces hemos juzgado injustamente a las personas? Lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.


La proxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien recordemos la historia del perro fiel, asi aprenderemos a no levantar falsos contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demas.

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